CINE / WEAPONS, DE ZACH CREGGER
Pues aquí tenemos el
genuino blockbuster de este verano, una divertida e iconoclasta versión de los
cuentos infantiles de los Hermanos Grimm no apta para menores, por sus excesos de
hemoglobina, que contiene todos los elementos esenciales del género de terror a
los que añade unas gotas de misterio, brujas, encantamientos, pócimas, magia
negra y, por añadidura, zombis enloquecidos. Un pack muy completo.
Cuando misteriosamente
desaparecen de sus casas, y son tragados en la oscuridad de la noche,
diecisiete escolares de una clase de un colegio de una pequeña y típica, y
tópica, ciudad de Estados Unidos, todos se preguntan dónde están los niños y
porqué se levantaron a la misma hora de la madrugada, a las 2 y 17, y salieron
voluntariamente de sus casas, según quedaron grabados por las cámaras de
seguridad, todos menos uno.
La principal virtud de
esta película de Zach Cregger (Arlington, 1981) es que juega desde el principio
a ser lo que es y no pretende más, un perfecto divertimento, y, aunque emplee
algunos de los trucos propios del género (sustos en las pesadillas de sus
personajes, oscuridad, subrayados musicales, puertas cerradas, transformaciones
psicóticas), su fragmentada estructura, la serie de segmentos narrativos que
van encajando como piezas de un puzle como hiciera Quentin Tarantino en Pulp
Fiction, es lo mejor del film.
El director
norteamericano adopta en cada una de estas partes de este cuento para adultos
los puntos de vista de sus personajes: la controvertida profesora de la clase
Justine Gandy (Julia Garner), a la que los padres culpan de la desaparición de
sus hijos; Archer Graff (Josh Brolin), un jefe de obras y padre de uno de los
niños que sospecha de la maestra; Marcus Miller (Benedict Wong), el director de
la escuela que vive con su novio James Anthony (Austin Abrams); el policía Paul
Morgan (Alden Ehrenreich), amante de la profesora Justine; el yonqui Gary
(Justin Long) que quiere hacerse a toda costa con la recompensa de 50.000
dólares que ofrecen a quien dé con el paradero de los desaparecidos; y la del único
niño que no ha desaparecido (Cary Christopher). La película da un vuelco
considerable hacia el humor en cuanto entra en escena la bruja Gladys Lilly
(una hilarante Amy Madigan), hermana (imposible) de Mr. y Mme. Lilly (Whitmer
Thomas y Callie Schuttera), los padres del niño que no desaparece.
Weapons
recuerda a esas películas que salieron hace muchos años de la factoría Amblin
de Steven Spielberg para deleite de los espectadores (Poltergeist, Los
Goonies…), simbiosis de misterio, terror y juego, con niños que parecen
salidos de la película de Chicho Ibáñez Serrador ¿Quién puede matar a un
niño? y desenlace a la altura de El perfume de Tom Tykwer. Puro
disfrute de más de dos horas que pasan volando. Misión cumplida.
UNA NOVELA DE TERROR AMBIENTADA EN LA SUDÁFRICA DEL APARTHEID.
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