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"LA CARAQUEÑA DEL MANÍ
EN EL NEW YORK TIMES"
La resaca de la única frase no leída por nuestro querido monarca - ¡Ay que ver la que arma cuando se sale del guión! ¡Sea espontáneo, Majestad, que mire el tsunami que desencadena! -, mandando callar al verborreico Hugo Chávez - habrá quien piense que algo ha tenido que ver el Por qué no te callas en la reciente derrota electoral que le impedirá gobernar al populista presidente de Venezuela hasta el año 2050 - ha tenido como directa consecuencia el que el NEW YORK TIMES, en su edición del 25/11/2007, hablara de mi novela LA CARAQUEÑA DEL MANÍ. Estando ambientada en Caracas, mi novela no podía obviar la candente situación política que vive ese querido y amable país polarizado en dos bandos antagónicos y aporta, desde el punto de vista de ese etarra desencantado y aclimatado a la dulzura del Caribe, la visión del foráneo llegado de la madre patria, algo, como verán, rabiosamente actual por dos motivos: Hugo Chávez sigue mandando en Venezuela, a pesar de su serio varapalo en las urnas, y ETA sigue asesinando, pese a sentirse acorralada, diezmada y no tener ningún sentido.
"There are now about 300,000 Spaniards in Venezuela, many of whom moved here in search of opportunity before Spain’s economy lifted off in the 1990s; many of them are less than thrilled about the insults to Spain.
The influx, in fact, has strengthened bonds between Venezuela and Spain, and they are reflected here in cuisine, music, trade, even novels. One book published this year, “La Caraqueña del Maní,” by the Spanish writer José Luis Muñoz, captures the complexity. The protagonist is a Basque exile seeking a new life amid the demimonde here of salsa bars and Iberian eateries.
Over a meal of Txakolí wine and Idiazábal cheese, he sums up how the New World, despite its occasional outbursts against Spain, still fascinates the Old. “Venezuela is a friendly country,” Mr. Muñoz says, “and if one is lucky not to be caught in the middle of a gunfight, well, it’s almost paradise.”
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Y la traducción aportada en el blog EL COLOMBIANO del artículo de Simón Romero
Hay ahora unos 300,000 españoles en Venezuela, muchos de los cuales se mudaron aquí en busca de oportunidades antes de que la economía de España despegara en los años 90; muchos de ellos están poco encantados con los insultos a España.
La afluencia, de hecho, ha fortalecido los lazos entre Venezuela y España, y se reflejan aquí en la cocina, la música, el comercio, incluso las novelas. Un libro publicado este año, “La Caraqueña del Maní”, del escritor español José Luis Muñoz, captura la complejidad. La protagonista es un exiliado vasco que busca una nueva vida en medio del demimonde aquí de bares de salsa y restaurantes ibéricos.
Durante una comida con vino Txakoli y queso Idiazabal, resume cómo al Nuevo Mundo, pese a sus ocasionales estallidos contra España, aun le fascina el Viejo Mundo. “Venezuela es un país amistoso”, dice Muñoz, “y si uno tiene la suerte de no quedar atrapado en medio de un tiroteo, bueno, es casi el paraíso”.
De hecho estas breves líneas en el diario más leído del mundo ha propiciado que tanto lectores estadounidenses como venezolanos se estén interesando por LA CARAQUEÑA DEL MANÍ.

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Macario, un ex miembro de la banda terrorista ETA que vive un exilio dorado en Caracas como asesor literario de una importante editorial venezolana, recibe la visita de dos de sus camaradas para que se reincorpore a la lucha armada porque la organización sufre un profundo descalabro. Su negativa a hacerlo provocará un rosario de anécdotas violentas y persecuciones en las que se verán implicados los etarras, los servicios secretos españoles, la policía venezolana y las bandas de violentos delincuentes de los cerros de la capital. La situación de este vasco aclimatado al Caribe se complicará sobremanera cuando entre en su vida La caraqueña del Maní, una espléndida y sensual mulata que conoce en una sala de fiestas de la capital.

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