CINE / FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN. PALMARÉS

FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN.
PALMARÉS

Como es habitual no acerté con los premios. Se decantó el festival por el cine asiático, que, esta vez, me pareció de una pobreza y vacuidad alarmante. Imagino que en la Concha de Oro de Yo no soy madame Bovary de Xiaogang Feng ha primado el esteticismo de la película y su apuesta por formatos excéntricos (pantalla redonda), pero ese jarrón chino es un alargamiento sin mesura de una nimia y absurda anécdota, y además me huele, ya lo dije, a una producción oficial del régimen que se hace una suave autocrítica porque hay que estar más cerca de la ciudadanía y dejar de lado la burocracia. También se ha llevado premio su intérprete femenina Fan Bingbing.

La Concha de Plata al mejor director ha ido a parar al coreano Hong Sang-soo, el Woody Allen oriental que obtiene siempre galardones en los festivales. Su película no era tan insoportable como otras suyas, al menos no repetía la misma historia dos veces, a no ser que me durmiera en una de ellas, y tenía golpes de gracia.
No puedo juzgar a Eduard Fernández. No vi su interpretación de Paesa en El hombre de las mil caras de Alberto Rodríguez, pero seguro que estuvo convincente en ese film. La muy estimable cinta Que Dios nos perdone se ha llevado el premio al mejor guion escrito por Rodrigo Sorogoyen, pero son mejores sus imágenes vibrantes que su escritura.  

Equiparar con el premio especial del jurado la película sueca El gigante y la argentina El invierno es un insulto para Emiliano Torres, director de la segunda. El gigante es sencillamente infumable; El invierno roza la maestría y es infinitamente mejor que Yo no soy madame Bovary, pero ese no ha sido el parecer de Bille August, presidente del jurado.
Se ha hecho justicia para la griega Park de Sofia Exarchou, que ha ganado en la sección Nuevos Directores. Es muy estimable y retrata muy bien la actual situación de asfixia griega a través de sus jóvenes protagonistas. El premio Horizontes para Rara, de Pepa Martín, no lo discuto: es una película simpática y reivindicativa. El público ha premiado Yo, Daniel Blake de Ken Loach, seguramente muy identificado con esa víctima de la crisis que puede ser cualquiera de ellos. Lamentable que se haya ido sin galardón la chilena Jesús y la polaca Playground, las dos únicas cintas que levantaron de sus asientos a un público conmocionado por sus escenas de violencia.
Y La reconquista de Fernando Trueba no consiguió, finalmente, la Concha de Oro, que todo era posible.





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