SOCIEDAD / EL DESCUARTIZAMIENTO DEL PSOE
EL DESCUARTIZAMIENTO
DEL PSOE
Terrible lo que está
pasando en el histórico partido del socialismo español con ese golpe de estado
provocado por la dimisión de la mitad de su ejecutiva. Los más encarnizados enemigos
de Pedro Sánchez nunca estuvieron
fuera de un partido que, en muchas ocasiones, ha sido cainita. Recordemos lo
que ocurrió con Borrell hace ya muchos años, porque la historia se repite, pero
esta vez las espadas están en alto y todo parece indicar que esa lucha
fratricida va a dejar un reguero de muertos.
Pedro Sánchez, y eso es un dato
estadístico irrefutable, ha obtenido los peores resultados del PSOE en toda la
historia del partido. Achacárselos al secretario general únicamente es una
frivolidad. Hay dentro del partido fundado por Pablo Iglesias una camarilla de antiguos dirigentes, capitaneados
por el jarrón chino Felipe González,
que lleva años haciendo la cama al rebelde Pedro
Sánchez empecinado en lo suyo y sin dar su brazo a torcer: imposibilitar la
investidura de Rajoy. El todavía secretario general del PSOE es coherente con
el contrato firmado con los ciudadanos y con los militantes que lo votaron. Los
reveses electorales de Galicia y Euskadi han agravado su situación y Susana Díaz enseña los dientes para
descuartizarlo con la ayuda de los poderes fácticos y la casi totalidad de los
medios de comunicación dominados por la derecha.
Que se rompa en
pedazos el PSOE no beneficia a la izquierda, ni siquiera a Podemos. Hace ya
muchos años que el PSOE dejó los presupuestos de la izquierda y fue
precisamente en tiempos de Felipe
González, con una corrupción rampante y con asesinatos de estado, cuando el
partido adquirió el mayor descrédito posible. En ese momento el PSOE debería
haber hecho una limpieza a fondo en sus filas y expulsar a personajes tan
siniestros y desleales como Felipe
González, submarino del PP en estos momentos junto a los barones del
partido. El monolitismo disciplinado del PP contrasta con las luchas intestinas
del PSOE.
La corriente que
quiere que el PP siga gobernando el país y que desteta un entendimiento con
Podemos con el apoyo de los independentistas, ha dado su golpe de estado y Pedro Sánchez se abraza al apoyo que ha
recibido de las bases, de esos militantes que le dicen que quemarán el carnet
el día que facilite un gobierno de la derecha más reaccionaria y lesiva para
los intereses de los ciudadanos que ha tenido este país y que lo ha hecho
retroceder treinta años.
Es la derechización
del partido, sus casos de corrupción, la pésima gestión de los resultados
electorales y sus movimientos hacia Ciudadanos lo que lamina el crédito
electoral del partido. Y si la sustituta al linchado Pedro Sánchez es Susana Díaz,
la sangría de votos que tendrá lo que quede del PSOE hará bueno a su antecesor:
a la lideresa andaluza se la detesta en toda España salvo en su tierra, y ella
será un bombero que echará gasolina en el incendio de Cataluña.
Que hablen los
militantes y que se depuren a los desleales o el PSOE estará definitivamente
acabado como partido. La izquierda de este país está en estos momentos con Pedro Sánchez, paradojas del destino. Él
representa en estos momentos el ala izquierda de la formación.
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