DIARIO DE UN ESCRITOR
22 de marzo de 2011
Hay días, como el de hoy, en los que el título de este blog, gentileza de Alan Sillitoe y Tony Richardson, define perfectamente mi estado de ánimo. Hay momentos en que, después de tanto correr, toda la vida, desea detenerse uno en seco. El corredor de fondo acusa cansancio porque sencillamente no hay meta que alcanzar o la meta es la misma carrera. Paso páginas a las etapas de mi vida y éstas son cada vez más breves, vertiginosas. Me miro en el espejo y me sorprendo del tipo que veo. Los años me hacen profundamente escéptico, lo que es una buena coraza contra las adversidades. De joven todo era mucho más doloroso, más intenso y, a veces, insoportable. No sé lo que me espera, pero no tengo confianza en ello. No sé adónde va el mundo convulso y mucho menos adónde voy yo en la literalidad de la pregunta. La vida es el viaje a ninguna parte cuando los recuerdos, con mucho, sobrepasan a las perspectivas, que ya son pocas. Y la vida, si la pensamos fríamente, no es otra cosa que un absurdo. Alguien nos trajo y nosotros, los que pudimos o quisimos, trajimos a alguien al mundo. ¿Con qué fin si todo es finito? Para dejar huella, podría uno contestarse. ¿Y qué, si yo no veré esa huella? Disfrutar el presente de forma intensa, dirán otros. Tampoco me vale, porque al instante se convierte en pasado en décimas de segundo y su recuerdo no genera otra cosa que nostalgia e insatisfacción. Quizá todas estas elucubraciones no sean otra cosa que un vulgar proceso químico, como el amor o la locura.

Comentarios
En fin... Yo tengo ya 45 tacos, sí, algo más joven que tú, aunque no mucho. Tengo mis creencias. Pero a pesar de ello, sé que no son certezas. Por tanto, tampoco tengo muchas perspectivas. Me dedico a vivir, procurando hacerlo cada día como si fuera el último, apartando de mí los malos rollos y disfrutando de las cosas que ofrece la vida, aunque sean pequeñas cosas. E insisto, no pensar me ayuda muchísimo. Y vivir basándome en la intuición y en los sentimientos más que en la "racionalización", aunque sin desdeñarla del todo, claro está.
Un abrazo.