SOCIEDAD / LAS BARBAS DE TU VECINO
LAS BARBAS DE TU VECINO
La
debacle que se está produciendo en UPyD debería hacer reflexionar al PP, pero
el partido en el gobierno no tiene capacidad de reflexión, o su actual cúpula
lo impide porque sabe que si empiezan a analizar, por ejemplo, su desastroso
resultado en Andalucía y los previsibles malos resultados que obtendrán, a
tenor de las encuestas, en las municipales y autonómicas, el tsunami se los
llevará a todos.
La desaparición de UPyD del panorama político
es preocupante. Todos los analistas coinciden en achacar la culpa al
personalismo de Rosa Díez y a su
reticencia a converger con Ciudadanos. Rosa
Díez es un animal político, una correosa parlamentaria que siempre puso en
un brete a Mariano Rajoy con su oratoria encendida, que actuaba contra él, muchas
veces, con más contundencia que el jefe de la oposición, que lo abochornaba en
público, por lo que cabe suponer que Mariano
Rajoy debe de estar frotándose las manos en estos momentos. Pero que no se
las frote, porque el verdadero rival en las próximas contiendas electorales va
a ser Ciudadanos, crecido con los resultados de las elecciones andaluzas y que
está recogiendo los restos del naufragio de UPyD, que se suben al caballo
ganador, y al votante asqueado del PP.
El
declive del PP es ya imparable y lo seguirá siendo al no ser capaz de hacer una
mínima autocrítica a su nefasta gestión política y a la insoportable corrupción
interna. Mariano Rajoy y su
camarilla de afines deberían haberse sacrificado por el partido y haber
presentado la dimisión al minuto de cero de haber estallado el caso Bárcenas que todo el mundo sabe que es
el caso PP. Dimitir y dar paso a una nueva dirección en la que podrían estar
algunos barones no manchados como Alberto
Núñez Feijóo, José Antonio Monago
o Arantza Quiroga. De hecho ha sido Núñez Feijoo el único dirigente popular
que ha admitido que algunas cosas se están haciendo muy mal en el partido, algo
que le honra ante tanto besamanos.
Lo
que está pasando a UPyD le sucederá al PP si fracasa, como todos auguran, en
las próximas elecciones municipales y autonómicas, si pierden Valencia y
Madrid, sus plazas fuertes, algo que ya parece cantado. Ciudadanos lo está laminando, lo que resulta
muy positivo para la salud democrática de este país que necesita una derecha
civilizada y homologable con la europea. Los sucesivos fracasos electorales que
se avecinan irán convirtiendo al PP en un partido residual y lo pueden llevar a
su desaparición del espectro político en un proceso muy similar a la Democracia
Cristiana italiana.
El
PP parece haberse dado cuenta, quizá demasiado tarde, de que el enemigo no le
viene por la izquierda, como pensaba en un principio, sino por la derecha.
Ahora dirige sus cañones hacia Ciudadanos, cuando ha estado disparando sin tregua contra
Podemos. La única arma que tiene contra la formación de Albert Rivera es la de su inexperiencia, pero la ciudadanía está
harta de experiencia corrupta y anhela nuevos aires.
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