EL APUNTE

HASTA EN LA SOPA
Hay un "autor" español - no voy a citarlo, para que no venda más libros de los que ya vende -que es escritor fábrica. No hay librería de España que no tenga una docena de sus últimas producciones. No contento con inundar los anaqueles con sus últimas aportaciones literarias - escribe todo tipo de novelas y ensayos, sobre teología y religión, revisa la historia más reciente y más lejana, se va de viaje a Estados Unidos y sale en la portada del libro ilustrado con fotos vestido de confederado, etc. etc. - nos lo encontramos ahora en los quioscos en donde entregan dos libros cada semana a módico precio para que uno se haga la biblioteca del autor y tenga todas sus obras convenientemente ordenadas. Y, además, escribe libros para niños, según pude comprobar con estupefacción hace unos días en la librería de unos grandes almacenes - la única tecla que le debía quedar por tocar - con lo que el autor fábrica deja poco espacio a los demás. Como no tiene bastante, suele ganar dos o tres premios al año.

Desde Alejandro Dumas no se había visto una fiebre creadora igual, aunque creo que nuestro "autor" está más cerca de Tom Clancy que del maestro del folletín francés. Malas lenguas dicen que en su fábrica varias docenas de becarios se exprimen la sesera para poder dar abasto a tan ingente y variopinta producción literaria. Le falta tocar la tecla de la gastronomía, por lo que no me extraña que dentro de poco salga, en fascículos coleccionables, las recetas de tan polifacético y prolífico autor.

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